Una casa “de consumo casi nulo”, se trata de una “vivienda saludable” que minimiza el consumo de energía y las emisiones. Para ello se aplican varias estrategias. En primer lugar, dar prioridad a la utilización de madera como material esencial para la construcción de la casa, tanto en la estructura, el cerramiento, las pérgolas y demás. Además, se han ajustado los condicionantes económicos para que la ejecución de la obra sea viable económicamente.
La disposición de los espacios se diseña de manera que se obtengan las vistas y la orientación adecuada, con la cocina y los baños situados al norte y el resto de estancias habitables al sur y este. Se utiliza madera como material constructivo principal, tanto en la estructura horizontal como vertical y en el cerramiento. Se construyen marquesinas y parasoles que evitan las ganancias solares y que, además, forman parte del conjunto funcional y de diseño de la vivienda y su entorno.

Sistema de gestión energético
La vivienda cuenta con un aislamiento superior en los cerramientos que componen la casa, lo que contribuye a minimizar el consumo de energía. Para la calefacción y el agua caliente sanitaria, se puede disponer una bomba de calor de aerotermia, y se plantea un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor. También se instalan carpinterías de alta calidad con dobles juntas de estanqueidad y triple vidrio bajo emisivo y con gas argón en las cámaras. Además, se dispone una barrera de estanqueidad para obtener el mayor control ambiental posible. Este proyecto de vivienda unifamiliar es un ejemplo de cómo se pueden integrar las necesidades de la propiedad, el respeto al entorno y la utilización de materiales sostenibles y tecnologías eficientes para construir una casa saludable y respetuosa con el medio ambiente.

